VÍDEO. JULIO CORTÁZAR: INSTRUCCIONES PARA SUBIR UNA ESCALERA AL REVÉS
El 12 de febrero de 1984 fallece en París el inmortal escritor argentino Julio Cortázar. Maestro de la literatura hispana y una de las mentes más agudas del siglo XX.
Se le considera uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general; creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano, rompiendo los moldes clásicos a través de narraciones que escapan de la linealidad temporal. Debido a que los contenidos de su obra transitan en la frontera entre lo real y lo fantástico, suele ser relacionado con el realismo mágico e incluso con el surrealismo.
Optó por la nacionalidad francesa en 1981, en protesta contra el régimen militar argentino.
Se le considera uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general; creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano, rompiendo los moldes clásicos a través de narraciones que escapan de la linealidad temporal. Debido a que los contenidos de su obra transitan en la frontera entre lo real y lo fantástico, suele ser relacionado con el realismo mágico e incluso con el surrealismo.
Optó por la nacionalidad francesa en 1981, en protesta contra el régimen militar argentino.
"Hágase la prueba con cualquier escalera exterior. Vencido el primer sentimiento de incomodidad e incluso de vértigo, se descubrirá a cada peldaño un nuevo ámbito que, si bien forma parte del ámbito del peldaño precedente, al mismo tiempo lo corrige, lo critica y lo ensancha. Piénsese que muy poco antes, la última vez que se había trepado en la forma usual por esa escalera, el mundo de atrás quedaba abolido por la escalera misma, su hipnótica sucesión de peldaños; en cambio, bastará subirla de espaldas para que un horizonte limitado al comienzo por la tapia del jardín, salte ahora hasta el campito de los Peñaloza, abarque luego el molino de la Turca, estalle en los álamos del cementerio y, con un poco de suerte, llegue hasta el horizonte de verdad". (Subrayado propio). Quien tenga ojos que vea, quien tenga oídos que oiga.
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