MISIÓN MASÓNICA.
"Cuando el Gran Arquitecto, Justo, Sabio y Artista reflejó la Belleza del Cósmico Templo, preguntóse:
¿Quién habrá, entre los hombres, de tan noble entereza que a guardar la Gran Obra con empeño me asista?
¿Salomón, Zoroastro, Jesús, Buda, el Bautista? Sus poderes no bastan a la magna proeza.
E inclinó, pensativo, la divina cabeza, sobre playas de estrellas de rubí y amatista.
¿Que haré?
Trazaré con la Escuadra la Geométrica Idea y a niveles fraternos llevaré el corazón.
A Compás y Plomada la fulgente presea.
De la Cúbica Piedra tallaré con tesón.
Bella Obra -se dijo-. Más es dura tarea.
Y nombró su ayudante al hermano masón.
Desde entonces quedó bien expuesta la misión del masón en la Tierra.
El Gran Arquitecto del Universo le señaló su ruta de oro y con la palabra divina le dijo:
Te nombro mi ayudante, porque eres...
Alma noble, vida honrada,
franco, cortés, generoso,
padre amante, buen esposo,
odio a nadie, miedo a nada;
de la virtud defensor,
sostén de la libertad,
ciervo de la caridad.
Haz del noviazgo y del matrimonio un tema ferviente de oración.
No aceptes adulaciones.
Acostumbra tu espíritu a encontrar placer únicamente en lo que es puro y recto.
Lee la mejor literatura posible.
No reproduzcas chismes, ni abuses de tu autoridad.
No molestes a los espíritus sensibles.
Vive alejado de los lugares a los cuales no puedes ir con tu padre.
Olvídate de ti mismo en el servicio de los demás.
Encuentra equilibrio moral para tu vida y consérvalo".
(Luis Umbert Santos).
Obra: Guía de Oro del Francmasón.
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